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viernes, 19 de enero de 2024

Los Aranguren, canteros vascos en tierras de Moya

 Lope, Ochoa y Juan de Aranguren eran tres hermanos residentes y avecindados en Tejadillos, en el marquesado de Moya, pero para los moradores del pueblo eran "forasteros y hombres trabajadores menestrales que andaban vagando trabajando" contratados como oficiales de cantería. La presencia de los Aranguren en el marquesado de Moya se remontaba a comienzos de siglo, cuando llegó el padre Juancho de Aranguren. De la familia se conocía también al abuelo, Ochoa Ruiz de Aranguren, y su mujer María Ochoa de Gatica. Juancho se ganaba la vida dando a fiado lienzos y telas que traía desde Vizcaya, alternando este oficio de tratante con su habilidad como cantero para edificar casas en los pueblos. Juancho vino atraído por el crecimiento demográfico de estas tierras; los testimonios ya atribuían a Tejadillos un centenar de vecinos a comienzos de siglo (113, según el censo de 1528). A Juancho le ayudaba su hijo mayor Domingo, aunque este acabaría quedándose en Vizcaya, mientras que otros dos hijos, Lope y Ochoa, sustituían a su hermano mayor en la compañía de su padre. Juancho moriría en Tejadillos, mientras que sus dos hijos fijaban su vecindad en el pueblo y se traían a otro hermano menor, llamado Juan, desde Vizcaya. A los Aranguren les costó romper con su tierra, el padre Juancho, casado dos veces, nunca se trajo con él a sus dos mujeres (una de ellas, Catalina de Imizueta), y al igual que sus dos hijos viajaba a Vizcaya largas temporadas. El origen del apellido familiar estaba en la casa solar de Aranguren de la que tomaban el apellido, desde el abuelo, en la anteiglesia de Zaldívar, en la merindad de Durango, si bien Juancho había tomado vecindad al casarse en Ermua, en la calle de Somera.

Aranguren no era un caso aislado, otros vascos habían llegado a Tejadillos a comienzos de siglo. Pedro de Garay, que hacia 1560 tenía ochenta años, se había ganado la vida como cardador en este lugar, tras su llegada desde Vizcaya. Al parecer, el mismo Juancho había ejercido también el oficio de pelaire, oficio que compartía un vecino suyo de Ermua, llamado Martín García de Irigoyen, que solía pasar por Tejadillos, camino del Reino de Valencia


ACHGR, HIDALGUÍAS, sign. ant. 301-35-1

lunes, 25 de diciembre de 2023

Despoblados en 1500: Arrancacepas y Castillo de Albaráñez

 La despoblación de varios pueblos en la segunda mitad del siglo XIV y principios del siglo XV ha sido estudiada, pero quizás mereciera un nuevo estudio la vuelta de nuevos pobladores a esos lugares deshabitados para darles nueva vida. Jurídicamente se consideraba la existencia de cinco vecinos, léase familia, para reconocimiento de la nueva entidad, como era hecho simbólico la lámpara de aceite encendida ininterrumpidamente frente al Santísimo Sacramento como testimonio de continuidad de la comunidad.

El año 1500, el Consejo Real se hace eco de los despoblados de Cuenca, de las nuevas aventuras roturadoras de labradores y de la necesidad de dotar de un marco jurídico protector a los nuevos pobladores frente a las apetencias señoriales. A este fin corresponde la provisión real dada el cinco de noviembre de 1500 en Valladolid. Había un deseo por ciertos sectores nobiliarios de controlar estos nuevos poblamientos, en especial Alonso Carrillo. La Corona mandaría pesquisidores a la tierra de Cuenca para conocer la situación sobre el terreno (los bachilleres Orduña y Fernando Gómez de Herrera), que propondrían una serie de medidas, adoptadas por la Corona: dar a los nuevos vecinos los ejidos y dehesas que antaño eran propios de los antiguos lugares y pobladores, impedir su arrendamiento por los poderosos de Cuenca que dominaban el gobierno de la ciudad, eximir a los nuevos pobladores de pechos, acogiéndose a las ordenanzas de la ciudad de Cuenca que prohibía poner impuesto alguno a estos renteros o labradores de lugares despoblados, salvo únicamente dar una fianza por avecindarse en esos lugares y la obligación de tener casa habitada y labrar las tierras.

Conocemos un caso que responde a este contexto. Se trata del poblamiento del lugar de Castillo de Albaráñez que estaba abandonado. Allí se instalará por esta fechas un vecino de Arrancacepas, Alonso Moreno, sexmero del sexmo de Torralba, que se había enfrentado con los Carrillo en su intentos pasados por integrar Arrancacepas en su señorío de Cañaveras y ahora iniciará nueva aventura repobladora en enfrentamiento directo con su pueblo de origen, Arrancacepas.


Orden para que se pueblen los lugares despoblados de Cuenca con los privilegios de dehesas y exenciones de impuestos, entre otros.

Signatura:

RGS,LEG,150011,82

domingo, 3 de diciembre de 2023

El patronato de legos de Jerónima Carrillo en Olmedilla de Éliz

 Jerónima Carrillo era viuda de Alonso Cerdán e hija legítima de Alonso Quijada y doña Luisa de Carrillo, todos ellos eran vecinos de Cuenca. En 16, Jerónima Carrillo decide fundar un vínculo perpetuo de patronazgo y memoria perpetua de misas, vinculando ciertos bienes en Olmedilla de Éliz

  1. Unas casas en el lugar de Olmedilla de Éliz que es en la casa de palacio, que ha de aledaños por la una parte casas de Pedro de Ortega y por la otra casas de Bartolomé de Antolinos, clérigo, y por la otra parte un herrenal. Las casas con su corral valen 40 ducados
  2. Otra casa de morada que tengo junto a la iglesia, que dicen la casa de la Parra, que alinda por una parte con casa de Juan García, y por otra con casa de la señora de Torralba y por otra parte con la calle real. Su valor, 10 ducados
  3. Un herrenal que alinda por una parte con la casa de palacio y por otra con casa de Pedro Triguero y por otra con herrenal de Lucas del Rincón, Cabe una fanega de cebada y está tasada en diez ducados
  4. Una viña que poseo en el término del dicho lugar, donde dicen la Peña la Albarda que surca con el camino de Parrales y con el cerro de Tierra Lleca. Tiene mil vides y está tasada en 30 ducados
  5. Otra viña y olivas en el dicho término, donde dicen el Cascajo, que sale de viña de Julián Checa y descabeza en haza de Julián Pacheco, por la otra parte alinda con viña de Pedro de Ortega, por otra viña del dicho Julián Pacheco. Quinientas vides. Su valor, diez ducados.
  6. Un olivar, donde dicen bajo de la Calera, que alinda por una parte con olivar de Miguel Triguero y por otra con Marco de Cañas, que tiene treinta y cuatro pies de olivas, tasado en cuatrocientos reales.
  7. Otra suerte de olivas más abajo, surco con Marco de Cañas, y por otra con tierra de Domingo de Espada, digo de herederos de Francisco Notario, que tiene veinte pies de olivas y está tasado en veinte ducados
  8. Una haza en el dicho término, donde dicen las suertes, camino de la Olmeda, con doce pies de olivas que alinda a la una parte hacia el camino con una tierra de Miguel Triguero el mozo, por otra parte, tierra y olivas de Cristóbal Rincón, que sale de viña de Pacheco y descabeza en viña del cura, que compró de Garrote, que cabe cuatro almudes de cebada. Su valor con los olivos, veinte ducados.
  9. Otra tierra de pan llevar, donde dicen la Peña el Albarda, que es la haza que dicen de la señora Catalina, que alinda por la parte de arriba con haza del licenciado Pedro de Zornoza, cura del lugar y haza que era de Pedro Yuste el mozo, vecino de la Olmeda, y por la parte de Albarañez el Cerro, y por otra parte una rocha de Domingo de Espada. Son veinte almudes, valorados en 110 ducados.
  10. Olivas y tierras donde dicen la Peña el Albarda, que surca con lleco alrededor, y por la parte de abajo con tierras de Lucas del Rincón. Tiene doce pies de olivas y vale veinte ducados.
  11. Haza y olivas, donde dicen el Viñajo Llano las Viñas y Cuerno el Oliva, que cabe de sembradura seis almudes con cuarenta y un pies de olivas. Su valor, sesenta ducados.
  12. Una tierra de pan llevar, donde dicen la Trampa que sale del zopetero del camino de la Olmeda y descabeza en olivar mío, surca por arriba con olivas del cura del dicho lugar y por otra parte con viña de Juan Garrote, cabe dos almudes de cebada de sembradura, tiene seis pies de olivas. Su valor, diez ducados.
  13. Otro olivar, donde dicen la trampa, que surca con Pedro de Antolinos, y por hacia el camino de la Olmeda tierra de la iglesia y por la otra parte de arriba viña de Bartolomé García, tiene catorce pies de olivas, que con la tierra, son catorce ducados.
  14. Otra tierra, donde dicen el Almendro, que surca con el camino que va a la dehesa y por otra con tierra de Marco de Cañas y por otra herederos de Pedro de Porras, cabe dos almudes de sembradura y tiene unos pies de olivas. Su valor, ocho ducados.
  15. Una haza, donde dicen la hoya de la Madalena, que alinda por abajo con tierra de la señora de Torralba, cabe un almud de sembradura. Su valor, en tres ducados.
  16. Otra haza, donde dicen la hoya el Fustán, alinda con tierra de Domingo de Espada, por abajo, y por arriba con tierra de la señora de Torralba, cabe una fanega de sembradura y está tasada en cuatro ducados.
  17. Otra tierra en la hoya de Juan Checa, que surca con senda que va al Gollizno y por otra tierra de la señora de Torralba, caben dos almudes y vale cuatro ducados.
  18. Una haza, donde dicen el Prado Chico, que alinda con la dehesa del dicho lugar, y por otra parte haza de Domingo de Lope y término de Olmeda, caben tres almudes Su valor, diez ducados.
  19. Otra haza, donde dicen Val de Urraca la senda de Enmedio, que alinda con tierra de Miguel García, y por abajo con la dehesa del lugar, cabe una fanega de sembradura. Su valor, seis ducados.
  20. Otra haza que tengo en Val de Vicente, que surca con Juan de Cañas, por la parte de arriba, por abajo con llecos, cabe un almud. Su valor, 22 reales.
  21. Otra haza, donde dicen el Palomar, alinda con haza mía y otra de Pedro de Ortega, cabe una fanega de sembradura de cebada. Su valor, ocho ducados.
  22. Otra haza, en Val de María, en la solana, que sale de haza de Marco de Cañas, y por arriba haza del cura, cabe tres almudes. Su valor, seis ducados.
  23. Otra haza, donde dicen el cerro de la Fuente, alinda con tierra de Julián Pacheco y por otra con tierras mías. Una fanega, cinco ducados.
  24. Otra haza, donde dicen la viña del Vallejo, que alinda por abajo con Julián Abad, y por arriba con Julián Pacheco, pasa el barranco. Cabe un almud y está valorada en cuatro ducados.
  25. Otra haza que tengo en el término del dicho lugar, donde dicen el Peral, que alinda y descabeza con Pedro de Antolinos, y con tierra mía. Cabe un almud de trigo, vale tres ducados.
  26. Otra haza en el "arco Pedro", que alinda con Julián Montón y por arriba con tierra mía. Caben dos almudes de cebadas, tasada en tres ducados.
  27. Otra haza más abajo de la anterior, que alinda con herederos de Bartolomé García, y por arriba Julián Montón. Cabe un almud de sembradura, dos ducados.
  28. Otra haza en el Saz de la Vega y en el cerrillo Redondo, alinda con Juan de Cañas, en la parte de abajo tierra de la señora de Torralba. Cabe un almud, cuatro ducados.
  29. Otra haza en el Saz de la Vega, alinda con Miguel Martínez, y por abajo con tierra de Bartolomé García, y por la cabezada con la Barbalimpia. caben tres almudes, diez ducados.
  30. Otra haza en la hoya el Regazo, que alinda por abajo con la señora de Torralba, y por otra parte llecos alrededor. Cabe una fanega de cebada, cuatro ducados.
  31. Una haza en el pasadero de la Vega, que van a la Tajadilla, que alinda por abajo con tierras de Bartolomé García. Cabe una fanega de cebada, cuatro ducados.
  32. Otra haza en el cerro la Fuente hacia el sol (?), surca con casa de herederos de Alonso la Torre, y por otra con tierras mías, cabe un almud. Su valor, 12 reales.
  33. Otra haza en el Cantoblanco, cabe una fanega, alinda por abajo con Gaspar Castellano de Albaráñez y por arriba con la capellanía de Bartolomé Moreno de Albaráñez. Seis ducados.
  34. Once pies de olivos en la senda que va a la Calera, alinda con olivas de Pedro de Ortega y por otra olivas de Julián Abad. Siete ducados.
  35. Un colmenar, donde dicen la viña la Vieja, con diez colmenas y unos pies de olivos y árboles que alinda con colmenar del cura y por abajo con tierra de Juan García aniversario. Tasado en 440 reales.
Obligaciones del patrón de esta capellanía:
  1. Dos misas rezadas cada semana en el lugar de la Olmedilla, una el lunes por las ánimas del Purgatorio y otra los sábados de Nuestra Señora. Una fiesta en cada un año de Santa Catalina, va diciendo vísperas y misa de la festividad y vísperas y misa de requiem y llevar la ofrenda de pan y vino y cera que se acostumbra en semejantes fiestas y pagar los dineros al cura 
  2.  Se encarga a presbítero para estas misas
  3. El primer patrón nombrado es Juan Francisco de Vega, hijo de Diego de Vega e Isabel Jiménez, vecinos de Cuenca y  criados de Jerónima Carrillo; en la sucesión le seguía el hijo de su criada María Montón, hija  a su vez de Julián Montón y Francisca de Porras, vecina de la Olmedilla; en la sucesión seguían otros criados de la fundadora
  4. El vínculo se instituía como patronato de legos, sin que pudiera entrometerse la justicia eclesiástica.
Cuenca, 10 de diciembre de 1615

domingo, 19 de noviembre de 2023

Arrancacepas pide 800 ducados a censo (1605)

 El cuatro de agosto de 1605, el lugar de Arrancacepas obtiene licencias para pedir a censo ochocientos ducados para la compra de trigo. Desde Arrancacepas, sus justicias se hacían eco de la gran "seca" de ese año, la pobre cosecha que se esperaba y la necesidad de buscar trigo para alimento de sus vecinos y caminantes de paso por el pueblo. El concejo de Arrancacepas se reunió  un 28 de agosto, ese día se reunieron en concejo abierto gran número de vecinos del pueblos, que, aunque solo sea para recuperar el nombre de algunos de sus vecinos conviene detallar: Blas Vindel, alcalde de la Santa Hermandad, Matías de Torres y Agustín Hernández, regidores, Sebastián Triguero, Baltasar Moreno, Bartolomé Gallego, Ambrosio Sainz, Julián Triguero, Juan Vindel, Bernal Saiz, Alonso Jiménez, Domingo de Herrán Sainz, Pedro Sainz de Bolliga, Francisco Sainz, Blas Triguero, Pablo Valdeolivas, Benito Castellano, Alonso Rincón, Gaspar Moreno, Juan de Arenas, Sebastián del Arcas, Bartolomé Triguero, Marcos Martínez, Alvaro Saiz, Juan de la Cueva, Francisco Vicente, Lucas García, Juan de Bonilla, Miguel de Herrán Sainz, Gaspar Vicente y Bernardo Triguero. Actuaban como fiadores Martín de Colmenar, Alonso Jiménez, Domingo de Hernández, Blas Vindel, Blas Triguero, Pedro de Antolinos y Francisco Hernández, así como el escribano Francisco Vitoria.

El prestamista sería Jerónimo de Agustín de Cuéllar; el interés a pagar era el catorce el millar, es decir, alrededor del siete por ciento, se hipotecaban los propios y rentas del concejo y el caudal de trigo del alhorí del lugar, y se añadía como hipoteca los bienes de algunos vecinos: Martín de Colmenar, Alonso Jiménez, Domingo de Herrán Sainz, Blas Vindel, Blas Triguero, Pedro de Antolinos y Francisco Hernández. Entre los bienes hipotecados estaban trescientas fanegas de trigo, cuyo valor era 42800 maravedíes, una dehesa propia del concejo y lindera con la mojonera de Torralba, valorada en 400 reales de renta anual, un horno de pan cocer, que se arreinda en 40 ducados anuales, una casa de concejo, donde tiene el trigo, en la plaza a surco de Bartolomé Domínguez y Miguel Gallego, que vale doscientos ducados. Los citados eran los únicos bienes del concejo, por esa razón y al no cubrir el total del montante del préstamo pedido, algunos particulares tuvieron que hipotecar sus bienes:

  • Una casa de Francisco Hernández, con sus herrenales, olivas y cercas, valorada en 150 ducados, lindantes con casas de Pascual Abad y calles públicas; una viña de dos mil vides, valorada en cien ducados, linda con herederos de Pedro Briones Barba y Simón Culebras; cuatro almudes de tierra de cañamar en la vega que valen cuarenta ducados, uno que está entre el río principal y el cañuelo, a surco de tierras de Diego de Torres y sus herederos, y el otro en el camino de Bolliga, a surco de Agustín Hernández: veinte almudes de tierras de pan llevar, que valen 20000 maravedíes.
  • Bienes de Blas Triguero: haza y tierras de pan llevar en el término de Albaráñez, en la Peña el Torrejón, de cinco almudes de sembradura, lindante con viñas de Melchor Sevilla y viña de Benito Castellano, sale al camino real de Olmedilla, descabeza en tierra lleca, su valor, 8000 mrs., es cebadal. Otra haza en la Peña Llana, que es cebadal, de seis almudes, sita saliendo del río y descabeza en el camino real, linda con tierra de Gaspar Montalbo y tierra de Pascual Abad, su valor 6000 maravedíes. Otra haza en la vega, debajo de las casas, en el vallejo de la Honvieja, de cinco almudes de cebada de sembradura, descabeza en tierra lleca, linda con tierra de Alonso Montalbo el mozo, y tierra de herederos de Miguel Domínguez, vale 5000 mrs. Una haza cebadal encima de la Honvieja, de cuatro almudes de cebadal de sembradura, linda con tierra de herederos de Baltasar Moreno y tierra de Francisco Domínguez. Una haza en el camino de Albalate, sale de tierra de Ana Montalba y descabeza en tierra de Alonso Jiménez, que vale 4000 mrs. Otra haza y tierra de pan llevar en las Cañadillas de cinco almudes, que sale de la senda de la Sima, que viene a descabezar en tierra de herederos de Alonso Martínez, linda con herederos de Martí Sainz y tierras de herederos de Juan Triguero, su hermano, vale cuatro mil maravedíes. Otra haza en el camino de Cuenca, cinco almudes de trigo y cebada, rodeada de viñas, su valor 5000 maravedíes. Otra haza de tierra de pan llevar en el camino de pan llevar, descabeza en tierra del cura, que vale diez ducados. Otra haza de pan llevar de siete almudes de sembradura, que salen de tierra del cura Juan Sainz de Bolliga, y descabeza en tierra de Francisco Montalbo, vale 6000 mrs. Otra haza de viente almudes en la ...el Pozo. Otra haza de pan llevar en la vega, término de Albaráñez, doce almudes, su valor 24000 mrs. Otra haza de seis almudes en el término de Torralba, 12000. maravedíes. Otra haza en el término de Torralba, de cuatro almudes, su valor, 4000 mrs. 
  • Bienes de Pedro de Antolinos. Casas de morada con tierras cebadales anejas de ocho almudes, linda con calle pública y llega hasta el río, y linda con tierras de Blas Triguero y Pedro Sainz de Bolliga. Un cañamar en la vega de seis almudes, sale del río y descabeza en el camino real, linda con tierras de Sebastián Triguero y Juan Antolinos, clérigo y hermano, su valor cien ducados. Otra haza cebadal de seis almudes, que sale del río y descabeza en la senda de la fuente de los Abades, linda con herederos de Bartolomé Moreno y herederos de Alonso Martínez, su valor ochenta ducados.
  • Bienes de Blas Vindel. Una haza cebadal de doce almudes que atraviesa la cañada que sale de tierra del clérigo Mateo Salas y de Francisco Hernández y descabeza en tierra del concejo, su valor 24000 maravedíes. Otra haza de pan llevar en la vega de tres almudes, sale del río y descabeza en el camino real, linda con tierras de herederos de Cebrián Montalbo y Blas Triguero, su valor 6000 maravedíes. Otra haza de pan llevar en la Puentecilla, de tres almudes de cañamón.  sale con herederos de Alonso Martí Sainz y descabeza en tierras llecas, linda con tierras de Pedro Antolinos y de la iglesia, su valor 6000 mrs.  Otra haza en la vega de una fanega de cebada, que sale del río y descabeza en tierra lleca, linda con tierras de la iglesia y de Pedro Antolinos, su valor 4000 mrs. Otra haza de cuatro almudes de trigo en la Garciherrerra, término de Arrancacepas, que sale de tierra de Pedro de Antolinos por los dos lados, y a la otra parte tierra de Domingo Estirado, y descabeza en tierra de Baltasar Moreno, su valor 6000 mrs. Dos mil vides y por plantar ocho almudes de trigo, en término de Arrancacepas, en el campo de Cañaveras, linda con la senda de Pero Lucio y viñas de Jusepe Bravo y llega a la senda de Barajuelas, su valor 200 ducados. Una casa de morada con una huerta que atraviesa la calle pública, linda con casas de Baltasar Moreno y la huerta con tierra de la plaza y toril del concejo y huerto de Gaspar Ortega y Mateo de Salas y la calle pública, su valor doscientos ducados.
  • Bienes de Martín de Colmenar. Una haza de doce almudes de trigo en el paraje de Barcecano, linda con tierras de herederos de Miguel de Colmenar y al otro lado tierra del Purgatorio, su valor doce mil maravedíes. Otra haza de pan llevar en dos pedazos en el camino de las Vacadas, de ocho almudes, en medio de ellas hay una huerta de Alonso Montalbo el viejo, su valor ocho mil mrs. Otra haza en el término de Torralba en el Hoyo Villanueva, de seis almudes, linda con tierras de Bartolomé Colmenar y Sebastián Triguero, vale seis mil maravedíes. Otra haza de tierra de pan llevar en el término de Torralba, en el Campillo, de cuatro almudes, sale de tierra de Pedro Antolinos, vale cuatro mil mrs. Otra haza en el mismo sitio de tres almudes de trigo, su valor tres mil almudes. Otra haza en el término de Torralba, en el pozo Carrascal, de cuatro almudes, linda con con tierra de Pedro Martínez, vecino de Torralba, su valor 4000 mrs. Otra haza de seis almudes de trigo en cerro Ytal, término de Torralba, sale del camino de las Vacadas y cordel de las dehesas y desacabeza en la capellanía de Alonso Tello, linda con tierras de Domingo de Resa y Pedro de Antolinos, 6000 mrs.
  • Bienes de Alonso Jiménez. Una haza en los Villarejos de veinte almudes de trigo y cebada, que sale del camino real y llega a tierra de Domingo de Resa, atraviesa la cañada, linda con tierras de Francisco Vitoria y Álvaro Sainz, valor treinta mrs. Otra haza en Doce Hermanas, que es de dieciséis almudes que sale de la cañada de los pastores y linda con tierra de Pedro Antolinos y de Álvaro Sainz, linda con herederos de Blas Triguero y Miguel Domínguez, su valor 16000 mrs. Otra haza en el campo Cañaveras de dieciséis almudes de trigo que linda con tierra de la capellanía de Bartolomé Moreno y tierra de Martín Triguero el viejo y llega a tierra de Ambrosio Sainz, su valor 16000 mrs. Otra haza en el majuelo de Valdeolivas, de doce almudes, sale de viña de herederos de Bartolomé Sainz y descabeza en tierra lleca, linda con viña de Pedro Cuenca y viña de Alonso de Valdeolivas, su valor doce mil mrs.  36 almudes heredados de su hermano el clérigo Alonso Ruiz, su valor 36000 mrs.
El total de los bienes hipotecados alcanzaba un valor de 966900 mrs.
Las mujeres de Arrancacepas: 
  • María de Montalvo, casada con Pedro Antolinos
  • María de Lázaro, casada con Francisco Hernández
  • María de Montalvo, casada con Blas Triguero
  • Elvira Castellano, mujer de Domingo Herran Sainz
  • Isabel Sainz, mujer de Alonso Jiménez
  • Ana Morena, mujer de Martín de Colmenar
Otros vecinos:
  • Juan Rubio
  • Francisco Acevedo
Firmas de Pedro Sainz de Bólliga y del escribano Francisco Vitoria



Firma de Gaspar de Ortega. La cruz es del alcalde Blas Vindel, que no sabe firmar


Firma de Alonso Montalvo el viejo, junto a la cruz del alcalde Blas Vindel, que no sabe firmar y el escribano Francisco Vitoria

Protocolo 837 de cuenca....escribano Florián Valenzuela


domingo, 5 de noviembre de 2023

ARRANCACEPAS EN EL INVIERNO DE 1973

 ARRANCACEPAS EN EL INVIERNO DE 1973

Es una carta de un niño de ocho años, el que escribe estas líneas, y es la agonía de un pueblo de la Alcarria conquense, Arrancacepas. La carta se escribió el 12 de febrero de 1973, iba dirigida a una maestra que había dejado el pueblo el verano anterior para ampliar su formación académica. A Arrancacepas no quería venir maestro alguno; su escuela unitaria con apenas catorce niños era edificio destartalado, sin servicios esenciales como el agua corriente. Tan solo un pequeño jardín de rosales y lirios animaba nuestra infancia.
Aquel año 1973 fue el "annus horribilis" para el pueblo. Un invierno frío y helador, donde el sol apenas si había hecho aparición dos días, convertía las jornadas en insufribles al amparo del único calor del hogar familiar. Frío y recogimiento en las casas e imposibilidad de salir a las eras, lugares de juego infantil, eran vistos por aquel niño como imposición forzosa y negadora de la vida, porque en Arrancacepas gran parte de las clases diarias escapaban de las aulas y se impartían en los campos, en una continuidad ininterrumpida entre juegos y lecciones que hoy sería mal entendida.
Pero aquel invierno si no fue peor que otros en fríos y hielos, lo fue en los negros presagios que ya andaban en las mentes de los lugareños y que, pasadas las Pascuas navideñas, se hicieron realidad. El niño de ocho años no llegaba a entender lo que sucedía, aunque en sus propias palabras nos decía: "del pueblo si se van, queda deshabitado". Mientras, mostraba la preocupación por las muchachas que habían dejado el pueblo un mes antes. A los ojos del niño quedaban los vacíos de las compañeras de juego, ahora ingresadas de forma repentina e inesperada en el colegio de Josefinas de Cuenca, y de las que no se sabía nada. A la escuela unitaria apenas si le quedaban unos meses. Los padres ya eran conocedores que, al acabar el curso, la escuela cerraría, como la de otros muchos pueblos alcarreños y serranos, y sus niños serían encerrados en el internado de la Escuela Hogar San Julián de Cuenca, coincidiendo con el comienzo del curso en octubre. Fue la muerte final de un pueblo, ya malherido por el éxodo a las ciudades en la década de los sesenta; muerte expresada en frases sueltas de un niño que creía haber alcanzado la madurez un año antes al recibir la primera comunión.
Era la "España vaciada" que se dice ahora, aunque su realidad ya se vivió hace medio siglo, y además eran las vivencias negativas de aquel melindres. Quiero recordar que un año antes, sin saber por qué, dejé de dibujar bien, de escribir bien y de hablar bien. La carta muestra, amén de faltas ortográficas, ese carácter entrecortado de ideas que desde entonces me vienen de forma anárquica a la cabeza, la redacción caótica y la mala pronunciación de la "r" que sin remedio arrastro. Si bien, también quiero ver en aquellos años una cesura en mi vida y carácter, que desde la introversión han hecho de mi una persona tan apocada como orgullosa. Fue esa arrogancia con la que llegué a la escuela del Carmen en Cuenca, conviviendo con una generación de desechos sociales sin oportunidad alguna, e intenté descollar en el instituto Alfonso VIII (y creo que conseguí sobrevivir entre gente mucho mejor preparada que yo). Luego abandoné Cuenca, donde nunca encontré mi sitio, en medio de esperanzas frustradas, solo aliviadas por la estancia de tres años en un pueblo de la Mancha tan arrogante como uno mismo: San Clemente.
Todas estas son las razones, y alguna más, por las que escribo de viejas sociedades de labradores del pasado. En mis libros, sin necesidad de cita alguna, hablo de los sueños infantiles que viví en un pueblo abandonado de la Alcarria, Arrancacepas, y de los fracasos que llegaron después. Pues, qué es la Historia, sino sucesión de grandes esperanzas y ensoñaciones negadas por los tropiezos de unos hombres que ven arruinadas las obras que han levantado con su trabajo. Pues, qué es la Historia, sino la búsqueda de la verdad, donde no caben los engaños, ni siquiera para dulcificar los fracasos, tal como intentaba piadosamente aquel cura mentiroso de Torralba, cuando jugábamos de niños al fútbol. Unas mentiras que quieren ser negadas por aquella cruz en la cabecera de las antiguas cartas.